lunes, 6 de junio de 2011

Definiciones históricas: Las otras finales entre azules y cruzados

La del Apertura de 2011 se sumará a las de 1961, 1962 y a la del Clausura 2005. Mientras en la primera y en la última la UC gritó campeón, el Ballet Azul se tomó revancha en el año del Mundial. Cada estrella es repasada, a fondo, por sus protagonistas. 




"Qué mejor que ganarle al clásico rival"

Cuando arrancó la temporada 1962 había deseos de venganza en Universidad de Chile: la derrota ante la UC, el año anterior, los tenía enrabiados.

Sergio Navarro, lateral izquierdo de los azules, fue uno de los que no olvidaron. "A la final de 1961 no llegamos bien físicamente, y durante el partido fuimos varios los que caímos acalambrados, como heridos... Las cosas, después, cambiaron. En definición de 1962 las cosas fueron distintas: veníamos con el envío del Mundial y estábamos en un estado insuperable", cuenta.

Después de 34 partidos, ambas universidades suman 50 puntos. La final se juega el 16 de marzo de 1963, y al estadio Nacional llegan 74.163 personas. Esta vez, el Ballet Azul no perdonaría.

"No se ha inventado nada más lindo que ganar -admite Navarro-, y sobre todo si es al rival clásico. Las generaciones de hoy creen que el clásico de la U es con Colo Colo, y el verdadero clásico es con la Católica. Con Colo Colo podía dar lo mismo perder, pero con la UC era imperdonable".

"Éramos un equipazo, goleamos varias veces. Y ojo que la UC también tenía jugadores muy buenos: Néstor Isella, Alberto Fouillioux, Juan Carlos Sarnari, pero ese día fuimos superiores", es el recuerdo de Leonel Sánchez, que ese día anotó un gol en la victoria de 5-3. Los otros fueron de Carlos Campos (2) y Ernesto Álvarez.

"Era muy difícil que nos ganaran. Fuimos inmensamente más ese día... Recuerdo un partido limpio, con las faltas típicas de una final, y una fiesta para todos. Qué mejor que ganarle al clásico rival", agrega Navarro.

"No quiero sonar a viejo cachiporra, pero ese equipo de la U era extraordinario. Y goleaba siempre". SERGIO NAVARRO, lateral de los azules
"Trigilli las metía todas..."

La competencia de 1961 finalizó con U. Católica y U. de Chile al tope de las clasificaciones, cada uno con 38 unidades en 26 partidos.

La Copa, entonces, debía definirse en compromisos de ida y vuelta: el 2 de enero de 1962 igualaron a 1 y tres días más tarde, los cruzados ganaron 3-2 y alcanzaron, entonces, su tercera estrella.

El DT argentino Miguel Mocciola se apoya en una columna vertebral -Walter Behrens, Hugo Rivera, Mario Soto y Ricardo Trigilli- para ir por la gloria.

Alberto Fouillioux -el tercer futbolista de la UC con más participaciones en el torneo- recuerda que "tuvimos que pasar Navidad y Año Nuevo concentrados en Santo Domingo. Pero teníamos una cábala y había que respetarla sagradamente: en cada viaje teníamos que pasar a El Monte, tomarnos una bebida y comer un montino, que es una especie de hot dog, pero en masa de hoja".

¿Cuál fue la receta de los cruzados para frenar a esa máquina de fútbol que era la U? Mocciola era simple: apostaba a una defensa ordenada, a un mediocampo de combate y a delanteros veloces. "Si el resultado no se estaba dando, metía a Ricardo Trigilli: tirábamos centros y las metía todas de cabeza", recuerda "Tito". Y claro: el trasandino se convirtió en el goleador del equipo, con 21 anotaciones.

Fouillioux, a todo esto, fue clave, porque el partido estaba emparejado a 2 goles cuando a poco del final sancionan un penal para los cruzados. "Me paré frente al balón, y había un silencio impresionante de más de 50 mil personas... Me decían que se escuchó cuando le pegué a la pelota y ésta dio en un fierro interno del arco. Fue una alegría tremenda y el premio a un equipo que se sacrificó mucho por el éxito", rememora el héroe de la noche. No sólo había anotado dos goles, sino le daba a la UC su tercera copa.

"Pasamos Navidad y Año Nuevo concentrados. La cábala era comernos un montino". ALBERTO FOUILLIOUX, estrella de la UC
"Fue de película"

Universidad Católica llegó invicta a la definición del Torneo Clausura de 2005. Y no sólo eso: en la primera final se impuso a Universidad de Chile 1-0, gracias a un penal convertido por Eduardo Rubio.

En la revancha, las cosas empezaron igual de bien para el equipo de Jorge Pellicer. "Comenzamos ganando con un gol de Alejandro Osorio y luego tuvimos varias ocasiones hasta que la U nos empata con un gol viciado, porque la pelota salió antes que Hugo Droguett sacara el centro que empalmó Marcelo Salas", es el recuerdo de Francisco Arrué.

"Estábamos tan confiados en que podíamos ganar el campeonato sin problemas, que cuando la U nos empata nos desordenamos. Luego vino el gol de Diego Rivarola y tenemos que ir a los penales", agrega el volante.

En la serie de los penales, la orden de Pellicer es clara: "Hay que hacer los cinco y somos campeones".

Y así fue: Darío Conca, Francisco Arrué, Luis Ignacio Quinteros, José Fuenzalida y Jorge Quinteros acertaron. Por los azules, Waldo Ponce no pudo con los reflejos de José Buljubasich. "Fue el título que más recuerdo de mi carrera. Cuando veo los videos siento una alegría inmensa, porque fue una final de película. Ante el rival clásico y por penales...".

"Ganarle al clásico rival y tras un partido tensionante, es inolvidable". FRANCISCO ARRUÉ, ex capitán de la UC

fuente: chileazul.cl

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