Fue una tarde emocionante. Cuántos años tuvieron que pasar para poder sentir esta tremenda felicidad. En el último Superclásico nos habían empatado al final, y con una jugada polémica.
Por eso, cuando vi que mi cabezazo se colaba en el costado derecho de Juan Castillo, lo celebré con toda el alma. Inmediatamente se me vinieron a la mente los goles que le he marcado a Colo Colo durante mi carrera. Sobre todo el último, en 2005, cuando los vencimos gracias a un gol mío de tiro libre. El sábado también tuve uno, que era muy similar a ese que le marqué hace seis años a Claudio Bravo, en el mismo arco norte del Nacional. Lástima que ahora la pelota no quiso entrar.
Después de eso sabía que nos quedaban pocos minutos para, al menos, igualar. Por eso que comencé a alentar a los muchachos para que fuéramos con todo.
Había sido un golpe duro el que Ezequiel Miralles nos marcara. Ellos no merecían ir ganando, pero estaban arriba y pasaban los minutos. En ese momento, cuando estaba en el banco, temía una nueva derrota.
Ahí fue cuando Sampaoli me hace entrar. Yo estaba muy motivado, pero la tarea era difícil.
Nosotros sabíamos que teníamos que seguir presionando. En eso estábamos cuando viene la jugada del penal. A mi juicio existió la falta. Me acerqué a Gustavo (Canales) para darle todo mi apoyo antes de que lo tirara. Mientras Canales acomodaba el balón, les dije a los chicos: “Si convertimos acá, después lo ganamos”.
Empatamos y salimos con todo en busca del triunfo, que pudo cerrarse antes si es que no le anulan un gol legítimo al mismo Canales. Ya no quedaba nada, pero tenía la certeza que nos faltaba una oportunidad más.
Y vino el centro de Eduardo (Vargas) y le metí la cabeza. Sentí liviana la pelota y eso me hizo pensar que Castillo atajaría. Por suerte el balón entró. No sabía qué hacer. Solamente atinaba a levantarme la polera para mostrar la camiseta de Gokú.
Fue un momento especial por todo lo que estaba viviendo. Mi señora me había dicho que marcaría y cuando lo hice me acordé de ella y mi hijo, quienes son los que me apoyan siempre. Sobre todo porque no estaba jugando, lo que me tenía algo bajoneado.
Después del gol le insistí a Enrique Osses que lo terminara, hasta que lo hizo. Ahí la felicidad fue total. Habíamos estado esperando este momento.
Creo que éste ha sido uno de los goles más gritados, porque para mí tiene mucho significado. Me saco de encima muchas cosas. No sé si me vuelvan a poner en otro clásico. Me queda la tranquilidad de que una vez más fui protagonista, y que mi gol le dio el triunfo a la U. Ni en el mejor sueño imaginé algo así”.
Siete veces Rivarola le ha marcado a Colo Colo con la camiseta de la U. Fue su sexto triunfo sobre los albos.
“Estas fotos las elegí porque muestran mi gol desde distintos ángulos. El cabezazo no fue con mi mejor perfil, pero igual entró. Pensé por un momento que Castillo atajaba, pero afortunadamente entró”.
“Siempre están esperando un gol mío en este partido, y a la gente de Colo Colo le duele aún más que sea yo quien les marque”.
Fuente: El Mercurio
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